4.2.13

Corrupción y política en la Barcelona Negra

La crisis hace revivir el género negro

Afiche promocional del evento BCNegra Barcelona. 2013./elconfidencial.com
Hablemos de corrupción. Este primero de febrero empezó la novena edición de Barcelona Negra, que reúne en la capital catalana a varios de los perseguidores de asesinos y corruptos más agudos del planeta: los escritores de policiaca, de polar, de negra, como quiera llamársele. La novela negra está de moda en España, y no es casualidad. Este género nace en respuesta a la corrupción y siempre, en momentos de crisis, de suciedad, de injusticia vuelve a renacer. De hecho, los propios editores señalan que en este año el género ha superado en ventas a la novela histórica, que parecía tan difícil de descabalgar de los gustos populares. Pero es que ahora la gente quiere ver cómo se desenmascara al ladrón, al banquero, al político y cómo se hace justicia. O no. 
Paco Camarasa, librero en Negra y Criminal, es el organizador de este tinglado. Y refrenda la opinión de que este es un género político. De literatura de evasión, nada. "Lo que llamamos novela negra, que es algo totalmente diferente a la novela enigma o a la novela policiaca, nació en EEUU en medio de una corrupción generalizada y en el crack del 29. Aquella crisis en la que los especuladores y banqueros de Wall Street se arruinaban y, algunos, se suicidaban. En esta crisis nuestra, que es peor, los banqueros no se arruinan, sino que nos arruinan a nosotros, y no se suicidan, sino que nos suicidan a nosotros".
"¿Cómo es posible hablar de un crimen individual cuando ellos, los poderosos, los de siempre, están procediendo al asesinato de lo colectivo, al latrocinio de los derechos, al estrangulamiento de la esperanza?", se pregunta Camarasa. "Hoy, una novela negra política es más necesaria que nunca, es la única posible", concluye.
En esta crisis, que es peor, los banqueros no se arruinan, sino que nos arruinan a nosotros, y no se suicidan, sino que nos suicidan a nosotrosAndreu Martín es un clásico de la BCNegra. Y del género en España. En sus vitrinas amenazan tres premios Hammett y un premio Carvalho. El autor acaba de publicar Sociedad negra (RBA), una indagación sobre la presencia de mafias chinas en la sociedad catalana de hoy. Una novela, según el propio autor, indignada. "La novela policiaca -a mí me gusta más llamarla policiaca que negra- siempre ha estado comprometida con la denuncia. Policía y política tienen la misma raíz. En España, ha vivido un resurgimiento ya desde antes de estallar la crisis. Pero cuando la gente se conciencia más es en épocas como esta". 
Ramón Akal es, quizá, uno de los editores más ideologizados (a la izquierda) del panorama literario español. Con su colección de novela negra ha recuperado o descubierto a los lectores españoles algunas de las obras más combativas de la historia del género. El marsellés Jean Claude Izzo, cuya literatura es un escupitajo a la segregación racial en Francia, es uno de sus últimos hallazgos. "Por supuesto que la literatura negra está ideologizada. Si no lo está, no es literatura negra. Se queda en policiaca. En la novela negra ni siquiera tiene que haber policía".  
Hoy, una novela negra política es más necesaria que nunca, es la única posible
En cuanto a la salud del género en España durante los últimos años, Akal considera que algunos de nuestros escritores se alejaron de aquel compromiso. Un compromiso que, sin embargo, percibe que se recupera ahora. "La novela negra es un análisis crítico de la sociedad que nos enseña que tras la corrupción está implicado todo el poder. Hoy es normal que el lector se sienta muy identificado con este planteamiento. Pasó también en los países nórdicos. La novela negra resurgió con tanta fuerza porque empezaron a aflorar casos de corrupción. Es cierto que en menos grado que aquí, pero en los países nórdicos la corrupción se observa con mucha menos naturalidad que en España o en el resto de los países mediterráneos".
El premio estrella de la BCN, el Pepe Carvalho (mítico personaje de Manuel Vázquez Montalbán), le será entregado este año precisamente a una autora nórdica, Maj Sjöwall, sueca e izquierdista militante, paradigma del género en la actualidad. Más de diez millones de ejemplares vendidos en todo el mundo. Diez millones de bofetadas contra la corrupción, la desigualdad, la impunidad y el martillo negro del poder.

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